-“Motor 3.0, diseño robusto y moderno, 6 cilindros en línea, un fierrazo y además… tiene un enorme baúl… colores a elección y entrega inmediata”

-“Me da 90 unidades”?

No solo fue una gran venta, sino que significo bajarle la ventanilla al horror, a ese significante de lo ominoso en el inconsciente nacional, algo así como la celda móvil del inquisidor proceso…mucho más allá del vehículo en si, para no ofender a sus muchos y merecidos fans.

Mediante el expediente secreto N° 274/77 y por el Decreto N°3630/77 el Gral. Albano Harguindeguy adquiría los primeros 90 Falcon de los 179 en total, para las fuerzas de seguridad nacional a un valor de 7.593 Dólares cada unidad. Debía cumplir algunos requisitos a saber: no ser identificables, es decir, autos privados, de particulares, de civiles, en definitiva, anónimos. Nacido y hecho para operativos ilegales.

-“Lo queremos en verde, gris y celestito metalizado… puede ser?”

Venían en los tres colores, y se los podía identificar por la letra C (Capital) seguida de tres 1 y el resto de la patente, así como también por sus tripulantes siempre de antojos oscuros… inclusive de noche…

Y de yapa (valor agregado en alguna transacción) o bonus track, en la planta de Gral. Pacheco se dispuso un centro clandestino de detención, inaugurado con obreros propios por reclamos sindicales, algo así como represión con delibery.

En septiembre de 2017 se subasto el último ejemplar, con una base de $10000, en el Batallón de Arsenales 601. El horror, aunque disfrazado de algún modo, aquí siempre vuelve, es endémico, habita en cada uno de nosotros…